miércoles, 13 de noviembre de 2024

la verdad de la desinformación, y la mentira

Si alguna vez existió una frontera entre la verdad y la mentira, ahora parece evidente que ha desaparecido. Todo se conjura para engañarnos, pero seamos honestos, somos una especie a la que le gusta dejarse engañar. Como se han multiplicado los canales, es fácil dar con alguno que nos diga lo que queremos oír, que reafirme esas mismas verdades que, siendo mentira, los rencores, las ansias y los odios cotidianos han ido acumulando y que ahí están, prestas a ser regadas con ceremonias de confirmación. Así que sí, son tiempos confusos, y lo más sensato es poner entre paréntesis eso que creemos que es verdad, porque seguramente sea mentira. 

lunes, 16 de septiembre de 2024

Querefonte jamás pisó Delfos

Todavía queda agua en las fuentes de las que bebimos, y puede que haya llegado el momento de volver hacía allí nuestra sed. El único obstáculo que hay que salvar es la prisa y, claro, 2.500 años de tradición que pretende convencer de que, o bien todo está ya dicho, o bien el marco está perfectamente delimitado. Pretender lo primero es absurdo o, al menos, si todo está ya dicho, es necesario volver a decirlo con nuestras palabras, que son otras porque son más viejas. Pretender lo segundo es más humilde, pero nos deja igualmente atrapados. 

No vamos a encontrar allí respuestas -¿a quién le interesan las respuestas?-, sino preguntas, y me da que las múltiples crisis con las que nos cagan de miedo tienen su origen en que hemos olvidado las preguntas o, mejor, hemos olvidado que todas las respuestas son siempre interesadas.

miércoles, 31 de julio de 2024

elogio de las formas

Un indicador de decadencia, probablemente, sea advertir como lo que era un uso normal, por ejemplo saludar en el ascensor, ceder el paso o respetar el turno, se ha convertido en extraordinario, y extraordinarias las personas que siguen comportándose de una manera normal. La decadencia que se señala es, por cierto y seguramente, la mía, ya que lo único que puede haber pasado es que la normalidad ha mutado y las formas ya no prestigían, huelen a viejo, a caduco, a rancio. Y hay que vivir, no queda otra, con tu tiempo, por muy asqueroso, cerrado y temeroso que sea.   

  

jueves, 13 de junio de 2024

muerte al moderado

Que esto, más que líquido, es gaseoso no explica nada, o sólo la facilidad con la que puede saltar todo por los aires. Candidatos a detonador aparecen nuevos cada día, y parece mentira que no se agoten el número de sus seguidores, que se multiplican tras cada nueva memez que se vocifere con máscara de indignación. Nunca pensé que hubiera tantas causas y tantos defensores de causas, pero lo que más me sorprende es que nunca pensé que hubiera tanta gente esperando para sumarse a la algarabía del todos contra todos. 

El problema con el que se enfrenta alguien como yo, y puede que como usted, que ve todo ese protestar, o casi todo, como una manera extraña de llenar tiempos de ocio, es que seremos el punto donde todos esos antagonismos coincidirán para venir contra nosotros, que no vamos contra nadie. Si no, al tiempo.

martes, 30 de abril de 2024

cartón piedra para enmascarar la necesaria crisis permanente

No hace falta enumerar las innumerables crisis que nos acechan y que nos mantienen en un estado de tensión y crispación propio de neuróticos. No hace falta porque una sociedad abierta como la nuestra tiene, como rasgo fundamental, y precisamente por ser abierta, la crisis permanente en su seno, y se manifiesta, sí, de múltiples maneras, todas ellas con un gran potencial para ser explotadas en beneficio de vete a saber quién y en detrimento, esto sí está claro, de todos nosotros, que nos entregamos a esperar la venida de los nuevos salvadores, que son los mismos de siempre. Es la sofisticación de la servidumbre voluntaria, nada nuevo bajo el cielo que nos cubre. O sí, una cosa, si prestan atención se puede ver el tinglado, que es, cómo no, de cartón piedra.   

miércoles, 27 de marzo de 2024

barra libre de catástrofes

Ahora que se multiplican las amenazas y nos lanzan con ansia abundantes quitamiedos, ahora que se ha consensuado la inminente llegada de alguna de las varias catástrofes que se anuncian, ahora, sinceramente, es cuando menos miedo tengo. Es lo que esperaba al hacerme grande, dejar de temer al hombre del saco. Y por muchos hombres del saco que ahora todos, o casi todos, nos presenten a diario, qué quieren que les diga, pero tengo ya una edad. 

viernes, 1 de marzo de 2024

la realidad sin red

 En realidad sólo hace falta desenchufarse para alejarse de la manada de gritadores que pululan por las redes sociales, los negadores de todo, los odiadores de todo, los canceladores, y gracias a ese gesto tan sencillo se descubre que la realidad que por ahí circula no es la realidad, sino otra cosa. El problema es que la pereza, la desidia y el aburrimiento, y la tontería, por qué no decirlo, nos empuja a tomar lo superfluo y redundante como esencial, y eso, que es inofensivo, es nefasto si es la fuente que mueve a los decisores, que lo es. Es decir, y disculpen la obviedad, pero la realidad no se deja atrapar en ninguna red, por muy social que sea.