martes, 20 de julio de 2010
autoestatuto
Elegid el dios que queráis en el bazar de la buena nueva, es comprensible el temor a ser efímero y mortal. Comprad un amo, o los que queráis, siempre que podáis hacerlo, porque es difícil no ser un exclavo. Pero yo no me permitiría porfiar con trapos coloreados que abanderan termiteros, ya que el prójimo, a menudo, no es de fiar y, sobretodo, porque es súmamente sencillo limitar tu identidad a los metros que tengas de cueva. Clavo ahí mi bandera, junto a la olivera y las tomateras que nunca tendré, pero que bástame soñarlas, y junto al pozo de agua fresca, que calmará mi sed y la sed de todos los que, como yo, no vemos mejor sino otra cosa.
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1 comentario:
Ese estatuto que proclamas lo firmaría Nietzsche con los ojos cerrados, su sombra lo secundaría... yo me temo que también. Me gusta esa base individual, que no independiente. Saludos.-
*Queda usted invitado a leer lo que algunos escribieron a través del tiempo, por si le apetece darse un garbeo por el mundo de las letras inmortales que escribieron seres mortales, como usted, como su sombra, como yo...
trentavuit.blogspot.com
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