Aunque no queramos oírlo, cada vez es más sonoro el "tic-tac" sobre el que nos sostenemos. (Algo así dijo alguien, no recuerdo quién, hace mucho, pero sigamos...) Unos quieren más aunque lo tienen todo y los otros también, porque tienen menos o porque no tienen nada. Y, en el medio, ¿en el medio? Puede que eso sea lo novedoso, que ya no hay "medio" en el que estar y es hora de posicionarse. Pero posicionarse, ¿dónde? Es fácil, ¿lo tienes todo, menos o nada? Todo, menos o nada... ¿de qué? ¿Dinero? ¿Salud? ¿Amor? ¿dolor? Desgraciadamente ya todo se distorsiona en lo económico, también la memoria del dolor y del odio se traviste en monedero y por eso no hay posición que ocupar si, como yo, te dan arcadas los fondos de inversión y las monedas que asean tu conciencia en la mano de un mendigo.
Y sí, el conflicto se avecina. Haz la prueba: guarda silencio... ¿lo oyes? ¿no oyes "tic-tac", "tic-tac"? Es el temporizador de la bomba que está bajo nosotros, y ya no podemos hacer nada. Bueno, sí, podemos seguir escribiendo.
lunes, 11 de octubre de 2010
viernes, 1 de octubre de 2010
Oda a Walt Whitman
Vivimos tiempos de glorificaciones vía internet, de combates virtuales, de disposiciones adicionales. Hemos santificado el contrato y condenado la honradez de la palabra. Ahora todo lleva el marchamo de la legalidad, o es el mismo diablo. Se nos sigue custodiando; le rogamos al Leviatán que fuera nuestro hermano mayor y lo hizo, y aún más, nos acogió como si fuera un padre o, todavía más, un Dios que no exigía más culto que alimentarnos de su maná.
Las nuevas tecnologías, y las no tan nuevas, han sido al mismo tiempo lo que nos ha hecho grandes y pequeños. Ahora sabemos que nos engañan, y eso está bien, pero también que lo seguirán haciendo mientras quieran.
Y, sin embargo, "Nunca hubo más principio que ahora,/ Ni más juventud ni vejez que ahora,/ Ni habrá más perfección que ahora,/ Ni más infierno ni cielo que ahora"
Las nuevas tecnologías, y las no tan nuevas, han sido al mismo tiempo lo que nos ha hecho grandes y pequeños. Ahora sabemos que nos engañan, y eso está bien, pero también que lo seguirán haciendo mientras quieran.
Y, sin embargo, "Nunca hubo más principio que ahora,/ Ni más juventud ni vejez que ahora,/ Ni habrá más perfección que ahora,/ Ni más infierno ni cielo que ahora"
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