Huir del lugar común y del camino conocido es un ejercicio que aboca a una solitaria travesía hacia ningún sitio. Un disparate, porque ya no hay lugares ni caminos vírgenes: la caverna ha sido completamente explorada y explotada, y fuera de ella todo es incomunicable. Así que me encuentro lidiando por abrir brechas en el vacío, lo cual es similar a irse de borrachera con la derrota.
De ahí que el fracaso sea para mí un compañero de viaje, el amigo generador y receptor de la voluntad creativa que me libera y me permite escribir, solamente, porque quiero.
martes, 14 de diciembre de 2010
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