El desapasionado empuje del abismo, ver allí al fondo el horizonte y no abrir más allá de su línea inexistente, y saber que es la pereza la que te retiene aquí, la que te aleja de la manera en que un escritor, y sólo él, puede aventurarse a explorar lo inexplorado antes de que se le acabe el mundo ("quiero decir, de que se muera"). Acaso también el profeta.
¿Y? Pues nada, sólo que alguien que escribe porque quiere, a veces, no escribe por pereza, aunque también, y esto queda mejor, porque no quiere.
martes, 24 de febrero de 2015
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario