Quizá las mejores son aquellas donde las frases esconden una historia, aquellas donde lo que se cuenta, en realidad, no se cuenta, porque viene debajo, detrás o a los lados de las palabras. Como si lo relevante se narrara con los espacios en blanco que las separan.
Quizá las mejores son aquellas que cuentan aquello que sus escritores no quieren contar, o no pueden contar porque lo desconocen, pero que, sin embargo, cuentan, y además cuentan siempre.
Y es que para mí la novela es una herramienta de autoconocimiento, y por eso me alejo de ceñir mi narración a ningún plan previo y bien delimitado. A mí me gusta escribir sin corsé, a ver qué cuento cuando creo estar contando otra cosa.
domingo, 22 de mayo de 2016
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