Son infinitas las posibilidades que ofrece el discurso, pero son limitadas si haces de él un medio para difundir propaganda. Ésta se expande porque reduce sus oposiciones en un espacio que se mantiene siempre limitado y a ti, propagador, te convierte en un anunciante que muere por su marca.
Pero ves con ojo, no hay propagandistas en las infinitas posibilidades del discurso, pero sí charlatanes, embaucadores, bocazas, trepas, pelotas, perros y asnos.
Hay que tener cuidado, es fácil convertirte en uno de ellos. No la ves, pero la mezquindad siempre está al acecho.Tampoco la ves, pero puedes tirar de duda para atrincherarte.
viernes, 28 de abril de 2017
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