Siempre hubo enemigos dentro de las murallas, siempre fuego en el horizonte, siempre trampas de las que salir, pero no hay otra que seguir, como siempre, hacia váyase a saber usted dónde. Lo único que importa es seguir... civilizádamente, o todo lo civilizádamente exigible a un animal insatisfecho y solitario que, quizás, añora los tiempos en que no sabía que iba desnudo. Pero ya no estamos allí y ya no podemos volver allí, junto al hermano caracol y la hermana piedra ni, por supuesto lo deseamos. Cedimos la inocencia por la lectura y habrá que ser fieles a semejante acontecimiento.
sábado, 27 de enero de 2024
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