La manifestación de la complejidad y la incertidumbre no le siente bien a la Democracia. Unos se esfuerzan en mantener las mismas proclamas de hace cincuenta años y los otros de hace diez o doce Concilios. Y de un sombrero de copa aparecen líderes que pintan a martillazos nuestra época con certezas infantiles que, sorprendentemente, siguen cuajando: nos hablan del "hombre del saco", de una gran variedad de ellos, y nosotros ansiamos que se multipliquen los uniformes.
Es así, la complejidad y la incertidumbre se llevan muy mal con el miedo, los gritos y las prisas.
O dejamos de gritar y logramos controlar el miedo, nuevamente, o el delirio conseguirá embriagarnos a todos y ya no quedará nadie que pueda escribir, al final, "Érase una vez...".
sábado, 25 de septiembre de 2010
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2 comentarios:
Buena idea finiquitar el argucuento con ese "Érase una vez...", que es como suelen empezar las historias con final feliz. Lástima que a los niños demócratas no nos hayan enseñado todavía a superar nuestros ajenos miedos. Compleja propiedad privada la del público manifestante.-
Me temo que esta vez van a terminar consiguiendo lo que se proponen. Y que lo que vendrá después del " erase una vez..." no será muy agradable de leer, pero solo lo dice un pesimista ( o como dicen un optimista bien informado ).
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