miércoles, 11 de mayo de 2011

Seguir el impulso, aunque Demócrito errara

Escribir tres páginas del tirón -ya veremos las frases que luego sobreviven- en el desierto que me obliga a recorrer mi última novela es como recibir un regalo salvífico de algún dios antiguo que quizá busque recuperar con ello su culto. No será el caso, pero la llegada de ese klinamen y la nueva ruta a la que me empuja puede que me facilite seguir adelante.
Seguir adelante, seguir avanzando, seguir picando, hasta que llegue un momento en el que, con sorpresa, aparezca el punto final... otro punto final. Y luego, en ese preciso instante, una nueva historia iniciando su trayecto en un nuevo libro en blanco, esa que ahora todavía no sueñas pero que seguro ya se está gestando. Pero vayamos por partes, no perdamos el impulso...

1 comentario:

José L. Solé dijo...

... O aparezca el punto y seguido de un filón de palabras que te permitan desmenuzar páginas hasta el espejismo de un final incierto.

¿klinamen?