Al principio son pequeños gestos los que te apartan de la algarabía que te circunda. Alguna que otra frase que te suena a un idioma que conociste pero que estás olvidando, algún que otro susurro oído como un grito. Al principio es la incipiente mutación a cucaracha, o escarabajo, o garrapata, o lo que fuera el bicho que nació de Kafka. Al principio es acumular predicados sobre un sujeto que deja de comprenderlos y comenzar a extrañarse, a extrañar, a ser un extraño.
Luego uno se pone a escribir, porque sí.
miércoles, 22 de junio de 2011
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