Esto suena más auténtico, más griego... Así que soy portador de una identidad que se muestra esquiva, que se esconde cuando obedezco al oráculo y me adentro con todas mis armas a su caza. Así que lo que soy me espera en el interior de un cofre que debe andar por algún lugar de mi cerebro, o puede que en algún otro donde nunca lo buscaría, como el culo o bajo la rótula de mi pierna derecha. ¿Cómo mi introspección va a llevarme de exploración a esas zonas tan poco nobles?
Acumulamos ansias, una tras otra, y a veces el lenguaje, como ahora mismo, con su alta capacidad balbuceíca y verborreíca, permite exorcizar alguna. Adelante, pues, vomitemos palabras...
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