En la plaza la muchedumbre urde su plan, y en los despachos, otras muchedumbres, el suyo. Se necesitan pancartas -gritan unos y otros- lemas, proclamas que hinchen pectorales. Hay que mantener vivos los corazones, piensan todos, porque la noche está al caer, y con ella, otra vez la realidad, y otra vez el deseo de libertad, ese que durante el día parece satisfacerse en todos los gritos y que, a oscuras, asume que todo no era más que farsa, la misma farsa de siempre.
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3 comentarios:
Por la noche todos las gatos son pardos... y farsantes.
Y me da que también por la mañana, y por la tarde
Salut!
Por cierto, sigo transitando su calle, que luce como siempre... afortunadamente
Gracias, Sr. Lobo. Nos leemos por las esquinas de la ciberblogalaxia.
Cuídese ;-)
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