Y mientras tanto aguarda lo que vendrá, que podrá respetar las señales que le antecedieron o desmarcarse y resultar completamente inesperado. Pero deje verse o no, vendrá, como siempre viene, y ya se verá qué pide y cuánto pide -no quedará otra que darlo- o qué trae y cuánto trae -no quedará otra que aceptarlo.
O, quizá, somos nosotros los que vamos, y el venir es, en realidad, un llegar, y el suceso, más que imprevisto, creado. Puede que aquí, ahora, y puede que en cualquier sitio siempre, vas o vienen, construyes o te construyen.
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