Múltiples son las denuncias que lloran la larga noche de los desposeídos, de aquellos que no tienen nada y cuyo futuro se vislumbra igualmente vacío. Múltiples son las querellas que critican el largo día de los que poseen, de aquellos que lo tienen todo y cuyo futuro se vislumbra igualmente colmado. Los grandes relatos emancipatorios acostumbran a enfrentar este par analítico.
¿Pero dónde están nuestros relatos, los que indagan la emancipación de las personas que no vienen de una larga noche opuesta a un largo día, personas mediocres, como usted o como yo? ¿Qué pasa si la servidumbre se ha desvelado como involuntaria y, por lo tanto, se ha hecho insoportable? ¿Qué pasa si los motivos de la rebelión escapan a la mera supervivencia, si la rebelión tiene una causa moral o, incluso, no tiene ninguna causa? Pues seguramente no pase nada. O sí, quién sabe.
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