Cada vez está más poblado el horizonte de posibles por la gran catástrofe y la extinción, mientras el capital sigue a la suya evitando la urgencia de levantar acta de su defunción. No entro, porque no puedo, en qué hay de cierto en ese anunciado e inevitable final si continua la ceguedad egoísta de los que mandan. Entro, porque quiero, en la estrategia que han utilizado siempre estos últimos por tenernos cagados de miedo. Y sólo por la coincidencia de unos y de otros en mantenernos atemorizados, no sé a ustedes, pero a mí me da que pensar. No digo que sea mentira el anunciado final, digo que el miedo siempre vence, y nos vence a nosotros. Ah, y preparen el bolsillo. Se viene un latrocinio justificado. Y reciclen bien. Alguien podría darles una paliza por no hacerlo.
lunes, 30 de enero de 2023
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