El mar como metáfora, el naufragio como sentido. Escribir, entonces, es crear tú propia balsa, y leer sujetarte en las que crearon otros. Bueno, hay muchas otras maneras de vivir el desconcierto, pero es cierto que leer es una magnífica idea de viaje a ningún sitio. ¿Y escribir? ¿Por qué ese desasirse? ¿Por qué ese adentrarse en destinos para los que no fuiste llamado? ¿Por qué tú propia balsa?
La respuesta es obvia: porque sí, y porque de mayor quiero ser un gafudo al que nadie necesite cuya máxima ambición sea saber qué esconde la noche tras aquella estrella, la que tiene forma de nariz de payaso, cuestión que me desvelará la que sea mi última novela.
jueves, 14 de julio de 2011
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1 comentario:
Queda usted invitado a sujetarse en alguna de las balsas de letras que crearon otros, y compartirlas con los demás, solo tiene que decirlo y le llegará una invitación para participar ipso facto y a su manera:
trentavuit.blogspot.com
*Por cierto, muy bueno el título del post.
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