miércoles, 28 de diciembre de 2011
el óptico de Praga en proceso
Desbocados por el ansia en la liquidación total, al fragor de una nueva batalla que, dicen, será la última, acaso al hilo de vender unos viejos restos que no sirven para nada, como tampoco sirven para nada los que han venido a reemplazarlos y los que vendrán cuando estos últimos sean también restos viejos, si es que nada cambia cuando todo haya cambiado. No sería la primera vez; es más, siempre pasa lo mismo. Siempre pasa que cuando todo pasa, en realidad, nada pasa. Aunque a veces sí pasa algo, a veces pasa que nace Kafka y nos dice que todo es desternillante y pintoresco, que es igual que nada cambie o que todo cambie, que lo único importante es cómo miras, cómo estás aprendiendo a mirar.
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