Hacerse rico, enriquecerse, es para mí adquirir vocabulario, por ejemplo. O aprender algo de nuevo, una vez agotadas las posibilidades que otorgó el aprendizaje anterior.
Enriquecerse para mí apunta adentro, a descubrir eso que soy cuando he doblado todos los disfraces y no hay ya necesidad de maquillaje. Es alimentar eso desconocido que soy, es alimentarlo y proyectarlo hacia el yo que quiero ser, un yo que tenga bastante con literatura de la buena o no tan buena, al que le baste con algo para leer. ¿Y? Y nada, que si el yo es ficticio uno está en la obligación de ficcionarlo, y si es real, uno debe hacer como si no lo fuera y moldearlo, a la carta de su elección.
domingo, 11 de diciembre de 2011
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