jueves, 22 de agosto de 2019
la posibilidad de un paraqué más allá del ombligo
Los filósofos no fueron reyes, no quisieron ni pudieron, ni los reyes fueron filósofos... afortunadamente. Los primeros dudaron mientras que los segundos no podían dudar, y mientras que los filósofos entendieron que sus dudas eran el mejor regalo para la ciudad, los segundos entendieron el mensaje y pusieron una certeza, la suya, tras cada una de las dudas. Y como nos sentimos tan mal ante la incertidumbre, la política, cerrada artificiosamente, se convirtió y limitó a ejercicio del poder. Pero en esta caverna que habitamos se sigue necesitando a alguien que nos recuerde el dominio de las sombras y que deje a cada uno el deber de definir el objeto que las proyecta. ¿Pero quién quiere todavía, hoy, asumir ese deber y, sobretodo, para qué? ¿Para qué?
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