Llegar primero y alzar muros, y protegerlos ante la amenaza de los que vienen detrás. Si los muros caen, el derecho de haber llegado primero se sustituye por el derecho de conquista, y nuevas barreras, esta vez intramuros, se alzan y aparecen nuevas policías contra los enemigos que se han creado dentro, más la que vela -esta vez más eficazmente- por impedir la entrada de todos los que siguen llegando por detrás.
La lucha por la plaza y por el control de la plaza y por la uniformidad de la plaza -antes y después-, la lucha por gestionar el miedo con la proliferación de protecciones y de protectores, la lucha por insuflar siempre vida al enemigo que viene de fuera o que ya se encuentra dentro, y todo eso con el único objetivo de inundar de muerte la vida y cobrar a precio desorbitado por la mortaja. Y somos nosotros los que la pagamos alegremente, y los que la fabricamos, y los que la ideamos, somos nosotros los que llegamos primero y los que venimos detrás y los que conquistamos y controlamos. Todos somos nosotros. Y yo, claro, yo también.
sábado, 17 de agosto de 2019
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