jueves, 8 de agosto de 2019
vaguedad tópica y crónica
Se multiplica el anhelo con cada certeza que se pierde. Naces bien ubicado en el cosmos, pero -es mi caso- los años quiebran la base desde la que oteabas, y te oteaba, el horizonte, y al deambular, al vagar, todo deambula y es vago. Entregado al conocerse propio para descubrir, como aquel que dice ayer, que no sólo esa entrega es vana, sino que en el proceso todo se va velando, y el yo que representabas, el personaje que creaste -lo adviertes y no das crédito- se diluye a tu alrededor: es un espectáculo maravilloso y terrorífico. No queda otra que sucumbir o volver a hacerte, y ahí el anhelo, porque no sabes si quieres, si tienes fuerza, si tienes tiempo.
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