Parece que ya se evidencia lo que era evidente. La luz al final del túnel que nos anunciaron que ya veían, sólo eran ecos de político enajenado. No vemos ni siquiera el túnel. Es más, no lo veremos nunca porque es un túnel que hay, primero, que escavar y cada uno debe escavar el suyo.
Vivimos una época excelente para la reflexión y para volver a ser capaces de adaptarnos a un nuevo medio, más peligroso porque parece el mismo medio de siempre, pero ya es otro. En todo caso, esto huele a vida, un olor penetrante y apabullante de historias y procesos.
El reto es ser capaces de no cagarnos de miedo ahora que se cierra disneylandia, el primer cierre unánime que ocurre, aquí, en cuarenta años.
miércoles, 5 de octubre de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario