A menudo la creación, como la revolución, se estanca e incluso retrocede. El escritor ha experimentado repetidas veces eso. De pronto la novela se estanca y, de pronto, el escritor puede descubrir que de las últimas siete páginas no se salvan ni unas líneas.
Pero así como la revolución requiere eso conocido como "masa" para avanzar, la creación sólo requiere del escritor y de su particular manera de vérselas con lo absoluto para continuar el camino.
Por eso soy escritor y no revolucionario, porque los otros no me deben nada y porque, junto a aquel librepensador, afirmo que la "única revolución posible es la creación, la rebelión contra la nada".
miércoles, 9 de enero de 2008
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