jueves, 15 de junio de 2017

la pose como motor de cambio

Puede que sea el único escritor que jamás robó un libro y que devolvió todos los que le prestaron. El único para el que estos, y sus lecturas, no fueran pasiones en la adolescencia, que esa pasión llegó después, que primero quiso escribir y que antes de eso quiso posar, y que fue la pose lo que lo llevó a la escritura y esta a la lectura. Y la lectura engulló a la pose. Y el fracaso, por supuesto. Hoy sería un gilipollas si me hubieran publicado mi primera novela.
Puede, también, que sea el único escritor que cree innecesaria una habitación propia. Está bien. Yo la tuve. Pero no hace falta. Lo único necesario, querer y, por supuesto, ponerse. Yo me pongo, porque me pone.

miércoles, 14 de junio de 2017

la papanatería que trajo el alba para configurar una era

 Las banderas revolucionarias se agitan para la foto y los likes que se sumarán de la conjura de papanatas que se masturban con el pulgar hacia arriba (adolescentes al margen).  Hay cierta preocupación, se oye, con las adicciones al móvil de la gente joven, pero nada se dice de la adicción a semejante artilugio de todos sus padres. Es un misterio el resorte que nos mueve a exhibirnos y a exhibir a los nuestros, es un misterio qué se busca, qué se quiere, qué se consigue. O al menos lo es para mí, que considero la discreción un valor y que sé que uno siempre canta solo, aunque el coro sea grande.