viernes, 20 de octubre de 2017

barra libre de verdades

Sobreabundancia de complejidad e incertidumbre. Y sobreabundancia de verdades que no admiten discrepancia. Parece contradictorio, pero en estos momentos en que todo es confuso se multiplican los defensores de verdades que son verdad y punto. Pero si ya antes era imposible afirmarse en alguna verdad sin ruborizarse, no se entiende que ahora se hayan multiplicado los habladores que anatemizan cualquier resquicio de duda. Y los hay tras cualesquiera de las banderas que ahora se muestran como armas en Barcelona.
En fin, verdades, banderas y armas, y algo llamado pueblo que ahora parece que se ha dividido en dos y que a mí me da que nunca fue uno ni dos, acaso cientos.

viernes, 13 de octubre de 2017

el sol brilla en Barcelona, pero menos

Ya lo sabíamos, pero ahora lo hemos constatado empíricamente. No sé si hubo o no hubo referendum el 1 de Octubre en Catalunya. Lo que sí hubo, porque lo vi, fue violencia de una policía que creía tener delante a terroristas. Y no podían creer otra cosa, porque allí donde se construyen opiniones los engañaron. Y lo siguen haciendo ahora: es mentira que la violencia que ejercieron fue para defenderse, pero todos ahí afuera creen que sí, y no pueden creer otra cosa. No había odio en Barcelona y ahora lo hay. Puede que antes el odio fuera sólo de verbo, y por eso ha sido tan fácil empujarlo al estómago y al corazón en apenas quince días. Hoy se odia a Catalunya, a esa parte de Catalunya que lleva siete años tomando las calles sin tirar al suelo una puta colilla. Y los responsables de inocular y azuzar ese odio con relatos construidos categorizando anécdotas y mentiras, están detrás de esos relatos, y es nuestro deber no olvidarlo.