miércoles, 25 de junio de 2025

el parto de una decisión ¿irracional?

 ¿Será imposible rechazar una invitación a palacio? Si eres hijo de nadie y solo has visto esos salones en el televisor, si por esos azares que van llegando se abre uno para ti, no imposible, pero sí muy difícil. Es la servidumbre acumulada, que ha hecho su trabajo. Y no hay nada más agradable para el perro que la caricia en el lomo de su amo. Por eso decir que no es muy difícil. Solo se hace realidad si, previamente, tienes un blog y escribes una entrada como esta y luego, sin pensar, rehúsas. Recuerda, si piensas estás perdido: no hay mejor aliado de la servidumbre que la razón, que es la herramienta que utilizas cuando piensas.  

domingo, 25 de mayo de 2025

un filete de mamut, al punto y por la cara

 Hacía tiempo que no se oía una estupidez semejante, y la dijo un líder de unas masas despegadas con motivo de la efémeride de Haymarket. "La vida está para disfrutar, no para trabajar". Es una memez filosófica, pero también histórica y antropológica y sociológica y biológica y, sobretodo, es una memez vital, evidente para todo hijo de vecino con un dedo de frente. Para nuestros ancestros, allá en sus cuevas, afirmar eso hubiera supuesto la censura de todo el clan, sin excepción. Aquí se le aplaude, porque lucha por todos nosotros, hijos de la superficie y el sopor, del paripé y la fanfarria.

lunes, 28 de abril de 2025

una lamentocracia para ahuyentar el aburrimiento

Los tiempos, como nunca, invitan a llorar, porque, como siempre, grandes son los oídos llamados al lamento y astutos y numerosos los convocantes. Y nos ponemos a llorar, todos juntos, alardeando de esa incontinencia emocional que se receta para estar en consonancia con los tiempos, pero ¿qué quieren que les diga?, a este llorón que escribe porque quiere no le verán nunca caérsele una lágrima ni un lamento, o ese es mi deseo. Se me caen, por supuesto, pero donde deben hacerlo.        

miércoles, 12 de marzo de 2025

fidelidad al acontecimiento, aunque acontezca bien poco

Seguir, sin más. Aunque solo sea por mantenerse fiel a lo que una vez elegiste sin que arma alguna apuntara a tu pecho. Seguir, sí, por fidelidad. No se me ocurre otra manera de responder a todos esos porqués que se superponen, como si todo tuviera que tener una razón, como si todo tuviera que responder a un objetivo. No, hay cosas, puede que las más importantes, que no lo tienen. Es cuestión de seguir porque sí, porque quieres, aunque a veces no quieras.  

sábado, 4 de enero de 2025

Sócrates antes de Sócrates

No se explica, pero los que entienden del vuelo de las aves dicen que se comportaron de ordinario cuando Fenáreta lo parió. Es decir, los dioses no vieron nada extraordinario en el nacimiento de aquel niño, lo que implica que Sócrates era como usted o como yo cuando nació. Uno más. Del montón. Y esa es la grandeza de Sócrates, que llegó a ser Sócrates sin haber nacido Sócrates. Obvio que su tiempo no es el nuestro, pero mi daimon me dice que en aquella legendaria Atenas, si yo hubiera nacido de Fenáreta y de Sofronisco, Sócrates no se hubiera convertido en Sócrates. O sea, hay algo más que el azar, pero no sé qué y, más relevante todavía, tampoco me importa.    

lunes, 23 de diciembre de 2024

ahí va un servidor voluntario, como Atlas

Aunque habites en Fuga, sirves voluntariamente a lo decidido por la mayoría, y en ese espacio que compartes, suyas son las normas y las cumples. No eres un clandestino, aunque saltaste a la clandestinidad. Ni tampoco un cínico. Sirves, sin más, aunque mucho de lo decidido te parezca estúpido. Y tampoco, por último, eres un activista. Es imposible, porque si habitas en Fuga es porque tu conflicto acabó y saliste victorioso. No sé el número de los que habitan ese lugar-la discreción es natural- pero sean los que sean, si esto no salta por los aires es gracias a ellos, que callan cuando todos gritan y que hablan cuando nadie habla.       

miércoles, 13 de noviembre de 2024

la verdad de la desinformación, y la mentira

Si alguna vez existió una frontera entre la verdad y la mentira, ahora parece evidente que ha desaparecido. Todo se conjura para engañarnos, pero seamos honestos, somos una especie a la que le gusta dejarse engañar. Como se han multiplicado los canales, es fácil dar con alguno que nos diga lo que queremos oír, que reafirme esas mismas verdades que, siendo mentira, los rencores, las ansias y los odios cotidianos han ido acumulando y que ahí están, prestas a ser regadas con ceremonias de confirmación. Así que sí, son tiempos confusos, y lo más sensato es poner entre paréntesis eso que creemos que es verdad, porque seguramente sea mentira.