jueves, 29 de enero de 2009

principio de incertidumbre

La bicha pirrónica nunca duerme, siempre está alerta para echar abajo cualquier decisión. "¿Y si no?" "¿Y si no?". Entonces vuelves a decidirte, pero esta vez sabes que lo haces sobre una base de arcilla, un cimiento inconsistente. Esa es la gracia, la ausencia de certezas con las que vas acallando cada una de tus dudas. ¿Y? Y nada, que sigo amando la vida.

miércoles, 14 de enero de 2009

El principio como voluntad y presentación

A mí la literatura que me gusta es la espontánea, la que no se deja llevar por un plan premeditado. Es ahí donde encuentro el placer y el conocimiento. Es decir, la belleza.
Si fuera por los planes premeditados yo no hubiera escrito una línea en mi vida.
Yo con veinte años pensaba en todo menos en escribir. Y con quince igual. Con diez años soñaba en marcar goles y en ser un héroe del Oeste. No nací vocacionado para escribir. Decidí hacerlo a los veintitrés, porque quise... libremente. Fue un quise querer.

sábado, 3 de enero de 2009

No creo que escribir sea exorcizarse uno de demonios, ni dejarse guiar por una necesidad extraña venida de las propias entrañas. Tampoco creo que escribir sea seguir el dictado de algo trascendente e incognoscible, algo lejano hermanado con los dioses.
Los hombres no necesitaron la enfermedad ni el delirio para contarse historias, eso le restaría épica a la acción de escribir, de escribirse, porque se quiere.