jueves, 31 de diciembre de 2020

perpetuación de la derrota colectiva

 Habrá que pararse aprovechando que todo se ha parado, y habrá que inventarse un relato que dote de sentido a la gran decepción, y habrá que aprender algo, por poco que sea. Por ejemplo, que hay virus inevitables porque lo que pasa, nos pasa ahora de manera inmediata, y hay virus opcionales, que pasan porque dejamos que pasen creyendo que, como han pasado siempre, son tan naturales e inevitables como los otros. Hablo de la estupidez, hablo de la mentira. ¿Cuántos muertos causaron y cuántos causan y cuántos seguirán causando? Virus culturales que impregnan la vida toda y la carcomen, pero parece fácil dudar de tu sabiduría y dejar de ser un estúpido, parece fácil no mentir... basta con callar. Parece fácil, y lo es.   

martes, 8 de diciembre de 2020

extrema memez y ultra estupidez

 Nunca se fueron, pero la desvergüenza hace que parezca que hayan vuelto, con la misma cerrazón y rabia de siempre, con la misma soberbia y sordera de siempre, mostrándose amos de una verdad, una pura y descontaminada verdad, que requiere su imposición a garrotazos, Y si ahora abrazan como nunca la norma del 78, y la muestran en sus estandartes y la vociferan y la ensalzan y la defienden hasta la última gota de eso que tanto adoran y que llaman sangre es, sencillamente, porque ellos la hicieron y ellos la impusieron, porque es la suya y no quieren otra que sea de todos, también, por cierto, de ellos. No hay luz, no hay túnel. Es un callejón. Y no hay salida.