lunes, 18 de junio de 2007

así se habla el lobo

Sólo encontrar en tus adentros la mezquindad, por ejemplo, hace posible su conocimiento y, por consiguiente, el reconocimiento en el otro. También es la única manera de combatirla. Pero, ¿por qué combatirla? Si Dios murió, como dicen, ¿qué instancia obliga a eliminarla y, sobretodo, por qué? ¿la sociedad? Buaggg, menuda golfa...
Nada, ni nadie más allá de mí mismo lo decide, porque la mezquindad, bien lo sé, es asquerosa.

lunes, 4 de junio de 2007

la página 50

El escritor hace tiempo que no escribe. Se paró en una estación de paso y allí sigue. La travesía iba plácida y rápida; estaba por bordear los últimos muros, los que le impedían ver ya el puerto, a lo lejos y ocurrió lo inesperado. Bueno, no tan inesperado: el bajón siempre acecha. Allí sigue parado, y aunque escribe porque quiere, ahora quiere seguir escribiendo y no puede. La página 50... cometió el error de no llenarla cuanto antes y pasar a la 51, la 52... La página 50, el primer gran segmento, lo atrapó.
Ahora, paciente, espera, aunque bien sabe que la espera puede durar semanas, meses, incluso años. Pero espera, y por eso, tarde o temprano, saldrá de esa maldita página, como el que no quiere la cosa...