martes, 24 de febrero de 2015

la voluntad como simulacro

El desapasionado empuje del abismo, ver allí al fondo el horizonte y no abrir más allá de su línea inexistente, y saber que es la pereza la que te retiene aquí, la que te aleja de la manera en que un escritor, y sólo él, puede aventurarse a explorar lo inexplorado antes de que se le acabe el mundo ("quiero decir, de que se muera"). Acaso también el profeta.
¿Y? Pues nada, sólo que alguien que escribe porque quiere, a veces, no escribe por pereza, aunque también, y esto queda mejor, porque no quiere.

martes, 3 de febrero de 2015

antónimo de la reducción disyuntiva

No creo en las dicotomías. Sin embargo dos, y sólo dos, son las opciones que nos ofrece la vida: o cautivo o fugitivo. O se vive bajo el miedo, o se vive en fuga. Las amenazas se han multiplicado, nos dicen, y quien nos lo dice, nos decimos, forma parte de ellas. Crisis, falsedades, delincuencias, ignorancias, terrorismos, enfermedades, inspectores, hipocresías, deslealtades, traiciones... Son tan reales, y son tan reales los eslabones que forman, y la jaula que forman a tu alrededor que sólo puedes ponerte en fuga o ver la fuga alejarse para siempre.
Y un día, cuando mueras, sólo la risa que mostrará tu rostro, o su ausencia, indicará a los que quieran ver que allí yace un esclavo o que allí yace todo lo contrario.