viernes, 28 de diciembre de 2018

una derrota más en las murallas de Barcelona

Hay victorias que son la suma de muchas derrotas, de muchos aprendizajes que sólo se adquirieron cuando se aceptó que nuevamente se había perdido. Toca, entonces, valorar los daños, consolidar la posición -aunque sea muy abajo- y mirar al frente: hay que plantear el siguiente envite, sin prisa, sin ansia; hay que asumir la derrota y eso requiere tiempo. Hay que asumir que no se ganó y que, probablemente, tardará en ganarse y que puede que no veas tú la victoria. Pero se lucha -si a estas batallas se les puede llamar "lucha"-para los que vendrán, sobretodo para ellos. Aunque, a decir verdad, a ellos les es exactamente igual: se lucha para uno y, sobretodo -ahora si- para los que le rodean, que son los que pierden a su lado. 

martes, 27 de noviembre de 2018

la convicción como instrumento de tortura

Si te ves en riesgo, entonces, amigo, estás pensando, porque pensar sin riesgo es no pensar, sino permanecer en lugar conocido, acomodado entre los almohadones de la convicción, sujeto, ligado a un mástil cuyo valor le viene por llevar mucho tiempo ahí y por nada más. Pero pensar es soltarse y saltar hacia un abismo del cual desconoces si hallarás asidero y sí, puede que no lo halles y, por lo mismo, te libres a un vagar perpetuo. Por eso pensar es correr riesgos, la locura o la soledad uno de ellos, pero hay otros, la batalla, por ejemplo, o el desconsuelo. 
¿Por qué, entonces, hacerlo? Porque sí, porque hay que moverse, porque la convicción mata, también de aburrimiento. 

lunes, 22 de octubre de 2018

los contornos sin perfiles

Los vaciamientos conceptuales que conlleva el vocerío y que aligeran el lenguaje serán, quizá, lo que de aquí a unos años se nos echará en cara, si es que todavía la tenemos entera. Salir del letargo en el que estaba sumida la polis fue una gran noticia, y todavía hoy lo sería, pero se narró esa salida y la reacción a esa salida como si fuera violenta, y se adobó todo con el sello de fascista, y se repitió tantas veces que la violencia ahora ya no es lo que siempre fue ni mucho menos el fascismo.
El problema es que cuando todo se etiqueta como violento y fascista se corre el riesgo, altamente probable, de no detectar la violencia y el fascismo, o detectarlo cuando sea demasiado tarde. 

sábado, 15 de septiembre de 2018

una manera de deshacer el universo

Es ahí, bajo el pecho, donde toman forma de palabra los sinsabores que se han ido sucediendo, o donde no lo consiguen y entonces buscan salir de otra manera (que siempre consiguen). Quizá como ira, o como llanto, o como enfermedad. Aunque puede que la presión que siempre sale, de una forma o de otra, no la causen los sinsabores, al fin y al cabo tan naturales, sino el peso del universo que a veces se te cuelga y estar solo para soportarlo. Por eso un blog -este, por ejemplo-, para darle una oscura salida con claras palabras.

lunes, 27 de agosto de 2018

automitificación sutil y desenfrenada

El margen es el pago a girar la cara ante el becerro que se adora. Asegúrate de que tienes bajo control el ansía de ser escuchado: nadie, desde ese día, lo hará. Si babeas en el mercado de la opinión, despídete: a nadie le interesará ya tu opinión. Serás independiente, quizá libre, pero estarás solo, y no habrá música de fondo creada para henchir el pecho ni espectadores de tu soledad.
Pero, ¿cómo adorar semejante becerro? Yo lo intenté, lo juro, pero no pude. Y la intemperie ahora me cubre... y los libros, los de los otros y los míos. Y la vida, por supuesto. 

jueves, 19 de julio de 2018

sabios viejos para nuevos y ya advertidos desencantos


Cayó el palo con su zanahoria y también cayó el “nosotros” que lo sostenía. Sigue ahí, pero ya no es mío. Por supuesto, no es la primera vez que eso me pasa. La diferencia es que las otras veces eran palos y zanahorias alzados y sostenidos por mí, y esta vez, desoyendo lo que tantas veces me dije y me dijeron, yo era un costalero más. Vine de Fuga para participar, juraría que por inercia, en los fastos y vuelvo a Fuga, cansado y oyendo sin cesar un “te lo dije” que jamás me dije ni tampoco me dijeron, pero que advertía de los costes que acarrean los arrebatos.
Por eso leo y releo a Patanjali, Lao Tze y Li Po, pero el desencanto centelleando en algún lugar de mis entrañas no sale, aunque varíe los tiempos en cada serie de respiración abdominal y la identificación de mi mente con el todo sea casi de manual.    

lunes, 4 de junio de 2018

tocado por el ruido y casi hundido

Es tanto el ruido que han levantado los asuntos de las polis en conflicto, y es tanto el ruido de los conflictos internos en la gestión de esas polis que uno se descentra, y es perdiendo el centro cuando se enmudecen los resortes que a uno lo hacían pensar a lo grande o, mejor, en lo grande: no en mi vida, la tuya o la de aquel, sino en la vida y en la muerte, no la mía ni la tuya ni la de aquel, y en  la belleza y en el arte y en la filosofía y en la literatura, y en todo lo que siempre estuvo y siempre estará (fuera de toda utilidad, por cierto) más allá y más acá de repúblicas o naciones.
Afectado por la polis y el griterío, sí, pero recordándote que eres mortal, que eres un escritor fracasado y que ese tu fracaso te salva y te impide gritar, y sí reír y llorar, y cantar, y danzar, y pensar... en silencio. 

viernes, 25 de mayo de 2018

el asomo de la tendencia al rojo

El conflicto se ha ido expandiendo y lo relevante es que ya no puedes, si vives en Barcelona, seguir al margen. Las calles, que por mucho que se grite jamás fueron de nadie -mucho menos "nuestras"-, se expresan con gestos afirmativos y también con sus negadores, y se te interpela a que luzcas o a que impidas lucir símbolos que han tomado el color amarillo y que, quizá, algún día alguien nos pregunte qué hicimos para evitar que se tiñeran de rojo.  ¿Apunta al rojo el silencio y la espalda ancha o acaso lo hace el vocerío y la piel fina?  No sé, no puede saberse. Lo que sí sé, porque puede saberse, es que al rojo apuntan y han apuntado siempre las patrias y los defensores de patrias y, sobretodo, los que hacen de ello materia de campaña electoral.   

jueves, 12 de abril de 2018

linchamiento en oferta

Inyectarse una buena dosis de literatura como impermeable ante la lluvia de mierda que cae hace meses, y esperar que con ello lo mantengan a uno al margen del código penal. Juraría que leer no está penado, pero ahora es difícil saber qué está o no está penado. Si se dice que la ingenua paloma blanca es un zafio cuervo cuyas zarpas buscan destruirlo todo, pues se puede decir que leer, aunque sea buena literatura, es un crimen y yo, pobre lector, un criminal. Y miles vendrán a lincharme, sin cuestionarlo en absoluto. No les quepa la más mínima duda. Cientos de miles.

lunes, 26 de marzo de 2018

ayuda para construir un arca

Y llegaron las piedras que buscan cabezas junto a las llamas de los contenedores esparciendo insanos humos que a algunos les saben a victoria mientras otros sonríen porque ya tienen elementos para autocumplir sus profecías de medio pelo, y las huidas y los gritos y los heridos, ellos también llegaron. Y me temo que todo viene para quedarse. Cuando las fichas las mueven los fascistas y los antifascistas, cuando toman la palabra los gritadores y los antigritadores, cuando los bandos se han definido y el odio se ha atrincherado, cuando todas las miradas rezuman violencia y todos buscan su trozo de carne, hay que blindarse para no ser presa del rencor y la locura, hay que respirar, hay que respirar, hay que respirar... profundamente, y mantener la calma. Pero el viento sopla cada vez más fuerte y más frío, y llueve y puede que llueva ya para siempre.

miércoles, 28 de febrero de 2018

todavía es octubre en Barcelona

Todavía está todo muy próximo y, de hecho, todavía es todavía. Y quizá lo sea durante mucho tiempo y el ansiado momento de la descompresión y la objetividad, la ocasión de ver algo, aunque sea poco, con una cierta distancia llegue cuando todo esté tan asimilado que ya no recuerdes para qué querías tomar distancia, cuál era tu sospecha, dónde estaba el interrogante.
Y es que todo lo que pasó, nos dicen y nos repiten, unánimemente, pasó de una manera muy diferente a cómo tú lo viste, y que, no temas, eres inocente de tu ceguedad; fuiste abducido, adoctrinado, manipulado, presa de un delirio colectivo, lisérgico y maligno.
Es decir, cuando ya no sea todavía, me gustaría reflexionar, entre otras cosas, sobre la violencia y ver si, como nos dicen y nos repiten unánimemente, todo va al revés y las flores ya no huelen a nada, sino que son palos de madera en el cinto del poder.

martes, 30 de enero de 2018

un desprecio intrascendente y oculto ante la bandera de la grandeza

No hacen falta caminos para alcanzar el otro lado o, lo que es lo mismo, todos los caminos llevan allí. Lo relevante y sorprendente son los constructores de relatos que se abren en ese extremo y mucho más sorprendente los que hoy en día los mantienen y a su amparo simulan su rencor y su ambición bajo todo tipo de plegarias. Y ahí los tenemos, dirigiendo,  posando su mano derecha sobre algún libro sagrado con lo cual se evidencia el escaso valor que otorgan a su propia palabra, y ahí nos tenemos a nosotros, tragando, como vacas u ovejas en el prado.
Sirva esto como muestra de desprecio, sirva como gesto insuficiente y cobarde de rebelión.