domingo, 28 de abril de 2019

cada tanto hay que bombardear no sé qué

Hay veces que voy y hay veces que vengo. Me esfuerzo por colorear lo que va a llegar mientras no llega, aunque cada vez es más difícil soslayar los anuncios nefastos tan de nuestra época. Es cierto que a veces todo apunta al desastre, pero me niego a vivir en el desastre hasta que no haya llegado. Cada día con su afán, me dice el libro, y otro libro también me dice que lo que me trajo hasta aquí y lo que se derivará de aquí no depende de mí, y aún otro me dice que hay bienes preciosos con los que debe uno encantarse a sí mismo, y mientras haya espacio para ese encantarse, añado yo, hay que perseverar. ¿Puedo soñar? Pues sueño. ¿Llega la batalla? Pues lucho.
Es decir, no se condenará a una gran parte de ciudadanos de Catalunya por rebelión ni por sedición ni por malversación, aunque -ya dije que hay veces que vengo- todo indica que la bestia tiene hambre, ochenta años de hambre.

lunes, 1 de abril de 2019

Fichte en el zoo

Hay intereses en ocultar lo que hace tiempo olvidamos. Es nuestra la responsabilidad por ese olvido, pero somos inocentes ante los esfuerzos de quién se empeña en sepultarlo para siempre. Se vierten montones de carretillas de cemento encima y nosotros asistimos extrañados: ¿Qué lapidan y por qué con ese ímpetu? Los pararíamos si recordáramos algo, pero, ya está dicho, hace tiempo que lo olvidamos. Y es así como un día despiertas ligado a unas cadenas, engrilletado, y no sabes ni qué son, ni quién las ha puesto ahí ni, por supuesto, cómo liberarte. ¿Liberarte? ¿Liber qué? No se ve la jaula, si todo es jaula.