lunes, 26 de julio de 2010

elogio de la literatura sin rostro

Pensar o imaginar y, después, escribir. Esa parece ser la secuencia correcta, al menos la secuencia normal, según dicen los que viven de esto. Acostumbran a hacerlo con caras majestuosas, preocupados por ofrecer su mejor perfil, porque también, parece ser, si no sales bien en las fotos o si, directamente, no sales, estás muerto en este negocio.
Yo -no sé hacerlo de otra manera- escribo y porque escribo puedo pensar e imaginar, al menos más allá de la supercie de las cosas. Y como priorizo el escribir, y como nací muerto para convertir en negocio lo que escribo, no me veo obligado a mostrar una majestuosidad, de la que carezco, en mi cara, ni me preocupa cuál de mis perfiles muestra menos miseria.
Lo acepto, estoy muerto para dedicarme a esto, pero me dedico, con pasión y sin necesidad de mendigar, yo, que era un mendicante.

martes, 20 de julio de 2010

autoestatuto

Elegid el dios que queráis en el bazar de la buena nueva, es comprensible el temor a ser efímero y mortal. Comprad un amo, o los que queráis, siempre que podáis hacerlo, porque es difícil no ser un exclavo. Pero yo no me permitiría porfiar con trapos coloreados que abanderan termiteros, ya que el prójimo, a menudo, no es de fiar y, sobretodo, porque es súmamente sencillo limitar tu identidad a los metros que tengas de cueva. Clavo ahí mi bandera, junto a la olivera y las tomateras que nunca tendré, pero que bástame soñarlas, y junto al pozo de agua fresca, que calmará mi sed y la sed de todos los que, como yo, no vemos mejor sino otra cosa.

miércoles, 14 de julio de 2010

la voluntad como mundo y representación

Escribir sin tener la necesidad de hacerlo. Escribir, además, sin haber sentido jamás algo parecido a una vocación, a una llamada misteriosa que parece ser se siente en algún lugar interno. Escribir, por último, sin poseer el talento adecuado al medio donde se baten los libros. Pero escribir, al fin y al cabo, porque sí.
Y porque soy un rebelde enfrentado a su naturaleza, que está aprendiendo a descubrir que esto de la literatura es, antes que nada, una llave de libertad.

lunes, 5 de julio de 2010

Fastos

Ya no se quiere alcanzar la cima de la caverna. Hoy nos regodeamos con las sombras que nos muestran a su antojo esos que son como tú y como yo, aunque, eso sí, con otro árbol genealógico u otra pericia, ambas opciones válidas para ocupar un lugar dominante.
Vivimos entre sombras proyectadas al fresco, llenándosenos la boca con palabras que ya no significan nada pero que seguimos pronunciando, como si con ese acto saciaramos todo aquello que un día fueron capaces de evocar, dando lametones aquí y allá , "libertad", "literatura", "creación"... Nunca fue tan fácil engatusar ni tan barato blasfemar.
Sí, nos engañan, nos engañamos, somos así de estúpidos. Sólo hay una opción, se llama Fuga...