jueves, 11 de junio de 2009

el timón de Fingida

En Fingida se ha puesto de moda lo correcto, la moral de la servidumbre a un poder que lo quiere todo aséptico. Los fingideses, agradecidos, andamos alucinando con la abundancia de espectáculos que se nos brinda. Y callamos, no por deserción o huida, sino por la admiración que el simulacro nos causa. Ni siquiera nos queda ya la excusa de la ignorancia; también nosotros accedimos a la cultura. La derrota fue no ver que esa cultura que pusieron a nuestro alcance era cultura dirigida y directora.

martes, 2 de junio de 2009

intromisión

Seguramente ya todo esté dicho. Puede que Homero lo dijera ya todo. Y Cervantes, nuevamente. Y, por qué no, Dostoyesky. Y seguramente sea absurdo intentar volver a decirlo, y querer hacerlo sin el impetus de un gran talento.
En realidad, los que escribimos no queremos decirlo todo, nuevamente y peor. En realidad, queremos decir poca cosa y no queremos decírsela a nadie. Cavamos, con nuestra quebrada voz, en el misterio de lo insondable, sabiendo, por supuesto, que ahí no hay nada, sólo uno mismo.