viernes, 27 de noviembre de 2015

épica de la derrota cotidiana

Las batallas se suceden y las derrotas se acumulan, más acá de la gran derrota en la atmósfera de la batalla total (quiero decir, de la muerte). Y se impone el grito que se ha gritado desde siempre como ética del combate: resistir, seguir, levantarse, continuar y, a ser posible, como lo haría el  hombre que soñaba Camus, un rebelde, cuando la lógica y la evidencia y la prueba constatan la absurdidad de semejante rebeldía, y esa constatación no provoca lágrimas, ni quejas, ni lamentos, ni búsquedas eternas de consuelo, sino sonrisa, la que se dibuja cuando eres capaz de verte, ahí sentado, creando una música celestial, involuntaria y azarosa, con el sonido que hacen tus dedos al golpear las teclas del portátil, y dándote cuenta de que respiras, de que sigues aquí, de que todavía estás vivo y que de lo que se trata es de seguir dando batalla.

sábado, 14 de noviembre de 2015

una disonancia entre bastidores

¿Y por qué olvido tan a menudo que ahí afuera reinan las poses de plastelina y que la partida se juega entre impostores y tahúres y cobardes y que ser bueno es ceder tu espalda para que uno tras otro claven allí sus uñas, sutilmente, una y otra vez, con el ansia oculta de eliminarte? Quizá sea el miedo o quizá hay, efectivamente, una competición y no me he enterado, o quizá es que soy yo el impostor y el tahúr y el cobarde y el que clava sus uñas, con disimulo, una y otra vez en espalda de hombre bueno.
No sé.
Lo que está claro es que siento la disonancia, y que gracias a eso recuerdo que esto que hay aquí, en mi cueva, es real, y que, como siempre, de lo que se trata es de salir al meollo y no perder la calma, a ver si eso que ya despunta no acaba convirtiéndose en unas enormes orejas de asno.

sábado, 7 de noviembre de 2015

se vende cuota de heterogeneidad

Cada vez estoy más lejos del punto de encuentro. Me sabe salada el agua del abrevadero. Pero no hay otra que beber. Estoy igual de lejos de cualquier punto de llegada, aunque sí hay imágenes que se crean y se desvanecen sin respeto por la ilusión que cuesta crearlas.
Me gustaría poder decir que estoy mejor posicionado que el resto para robarle "un pelo al misterio", pero mi desplazamiento es horizontal. Estáis al lado, pero lejos. "No es que vea mejor, es que veo otra cosa", me dijo Morey. Pues eso. Otra cosa, igual de absurda que la vuestra.