jueves, 31 de marzo de 2011

soliloquio de la sola presencia

Escribir es fijar un vagar errático, configurar un lenguaje propio con los cientos de palabras que se inventaron para la supervivencia de la especie -es decir, no morir de hastío.
Cogemos las palabras, las que se dejan, a nuestra manera, porque seguimos huyendo de nosotros mismos y del vacío que se abre si te miras y más si osas proyectarte.
Esto no es un lamento, como mucho un aullido que precede a una gran sonrisa.
Esto es un fragmento de mi yo fragmentado, una pieza más para añadir al puzle que voy formando, poco a  poco, con el anhelo inalcanzable de dar con quién soy, con cómo soy, con qué soy... más acá de Jordi Lobo.

1 comentario:

José L. Solé dijo...

Parece que has encontrado una pieza importante, este texto irradia esperanza, no se si debido al buen tiempo pero parece ser que aprecias la botella de las letras media llena...
Postura optimista, en todo caso bienvenido el más acá de Jordi Lobo.

Salut!