domingo, 17 de abril de 2011

la copia y el hambre en el escaparate

Entregada el alma a los suburbios de la consciencia y ésta a los acás del silogismo, la literatura ha quedado confinada entre los rectos trazos de una gramática común y manoseada. Se repite una y otra vez el discurso, se persevera con el relato que se ha contado mil veces, se coge un poco de aquí y de allá y se forma un dulce mejunje que entra bien, sí, pero no quita el hambre. Hay que ir un poco más lejos, saltar los márgenes, arriesgarse. Como hicieron y hacen otros, los que están al fondo, lejos del escaparate. Como podemos hacer tú y yo, ajenos a las cadenas del mercado, libres.  

1 comentario:

José L. Solé dijo...

Es usted un jodido perfeccionista, Sr. Lobo, aquellos que acaparan los escaparates dirían que es un defecto, pero no les haga caso pues apenas entienden el significado de la palabra... virtud.

Saludos inconformistas.-