viernes, 8 de junio de 2012

un supuesto síndrome y un ligero lamento

Es difícil escribir. Escribir bien, se entiende. Yo no escribo bien. Quizás este sea el síndrome de los intrusos, de los que llegamos sin que nadie nos llamara. Puede que esto no les pase a los que son movidos a escribir por necesidad. Puede que para ellos sea fácil; los empuja una fuerza misteriosa a juntar palabras, y lo hacen bien, copian al dictado, pero para mí es muy difícil. Ayer, sin ir más lejos. Leí las diez o doce últimas páginas que he escrito. No me gustaron nada. Aunque el problema no era sólo de si me gustaron más o menos, sino que estaban mal escritas. Es así, no puedo hacer nada. Bueno, sí, seguir, seguir escribiendo, porque quiero.

No hay comentarios: