viernes, 13 de octubre de 2017

el sol brilla en Barcelona, pero menos

Ya lo sabíamos, pero ahora lo hemos constatado empíricamente. No sé si hubo o no hubo referendum el 1 de Octubre en Catalunya. Lo que sí hubo, porque lo vi, fue violencia de una policía que creía tener delante a terroristas. Y no podían creer otra cosa, porque allí donde se construyen opiniones los engañaron. Y lo siguen haciendo ahora: es mentira que la violencia que ejercieron fue para defenderse, pero todos ahí afuera creen que sí, y no pueden creer otra cosa. No había odio en Barcelona y ahora lo hay. Puede que antes el odio fuera sólo de verbo, y por eso ha sido tan fácil empujarlo al estómago y al corazón en apenas quince días. Hoy se odia a Catalunya, a esa parte de Catalunya que lleva siete años tomando las calles sin tirar al suelo una puta colilla. Y los responsables de inocular y azuzar ese odio con relatos construidos categorizando anécdotas y mentiras, están detrás de esos relatos, y es nuestro deber no olvidarlo.

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