En realidad sólo hace falta desenchufarse para alejarse de la manada de gritadores que pululan por las redes sociales, los negadores de todo, los odiadores de todo, los canceladores, y gracias a ese gesto tan sencillo se descubre que la realidad que por ahí circula no es la realidad, sino otra cosa. El problema es que la pereza, la desidia y el aburrimiento, y la tontería, por qué no decirlo, nos empuja a tomar lo superfluo y redundante como esencial, y eso, que es inofensivo, es nefasto si es la fuente que mueve a los decisores, que lo es. Es decir, y disculpen la obviedad, pero la realidad no se deja atrapar en ninguna red, por muy social que sea.
viernes, 1 de marzo de 2024
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