Los tiempos, como nunca, invitan a llorar, porque, como siempre, grandes son los oídos llamados al lamento y astutos y numerosos los convocantes. Y nos ponemos a llorar, todos juntos, alardeando de esa incontinencia emocional que se receta para estar en consonancia con los tiempos, pero ¿qué quieren que les diga?, a este llorón que escribe porque quiere no le verán nunca caérsele una lágrima ni un lamento, o ese es mi deseo. Se me caen, por supuesto, pero donde deben hacerlo.
lunes, 28 de abril de 2025
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