A mí la literatura que me gusta es la espontánea, la que no se deja llevar por un plan premeditado. Es ahí donde encuentro el placer y el conocimiento. Es decir, la belleza.
Si fuera por los planes premeditados yo no hubiera escrito una línea en mi vida.
Yo con veinte años pensaba en todo menos en escribir. Y con quince igual. Con diez años soñaba en marcar goles y en ser un héroe del Oeste. No nací vocacionado para escribir. Decidí hacerlo a los veintitrés, porque quise... libremente. Fue un quise querer.
miércoles, 14 de enero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
recuerdo el poema de Lihn, ese que dice, "porque escribi estoy vivo"; pero a veces pasa que porque estamos vivos, se escribe...lo que nos deja un morderse la cola.
Publicar un comentario