viernes, 11 de marzo de 2011

un matiz para la trascendencia

Es difícil mantenerse al margen del delirio colectivo. Cuando menos te lo esperas, te descubres vociferando y mendigando dosis de lisonja que redunde y amplifique ese tipo que eres y que el resto no es y sueña -eso te pone- con ser algún día. Hemos convertido el derecho al protagonismo en un dogma de fe y nadie acepta sin sufrimiento someterse al papel secundario. El misterio que más nos intriga es el que da respuesta a la siguiente pregunta: ¿Cómo es posible que yo, YO, esté pasando por este mundo sin que el mundo se dé cuenta?
Nos ayudaría ya, desde ahora mismo, formularnos esta otra: ¿Cómo es posible que yo, YO, esté pasando por este mundo sin apenas darme cuenta?

1 comentario:

victoriaromerocerro dijo...

Sr. Lobo:
Me ha leído el pensamiento. Ese cambio de perspectiva que propone, yo me lo repito varias veces al día como un mantra, no siempre con resultado. Por ejemplo, nunca funciona cuando estoy dentro de un avión: soy incapaz de mirar por la ventana, ocupadísima como estoy sujetándolo mentalmente en el aire,conmigo dentro.La próxima vez, me digo siempre, y hasta ahora.