viernes, 6 de septiembre de 2013

tautología de la dicotomía

Es difícil volver cuando uno, en realidad, no se ha ido. Estar de vacaciones, en realidad, no es estar de vacaciones. Puede que cambien las circunstancias que te envuelven y hasta el paisaje y la gente y los ruidos, los olores, las ropas que vistes, y puede que hasta hayas recuperado sonrisas que creías olvidadas. Ni siquiera esas lecturas que has abordado con más detenimiento o esas páginas que has escrito con la libertad de noches que no se acaban... Eh, es cierto, las noches y las palabras se han hermanado por unos días oscureciendo todo rastro de amanecer anunciado por las ventanas y eso, joder, eso es realmente maravilloso. O sea, estar de vacaciones, en realidad, es... no tener reloj al que mirar y por eso es difícil volver, claro, porque, en realidad, sí que te has ido, y muy lejos, tan lejos como puede irse una frase que has estado a punto de sacar y que se ha escondido allá donde se esconden todas las cosas que desaparecen ya para siempre.

2 comentarios:

José L. Solé dijo...

Creo que fue Beckett quién decía que las palabras se esconden dentro de las propias palabras y hay que picar duro, como si fueran rocas, para conseguir extraerlas.
(O algo parecido, disculpa porque no recuerdo bien el pensamiento aunque leyendo tu post me haya venido a la cabeza...)

* No desfallezca usted y siga picando piedra hasta que aparezca la maldita frase!

jordi lobo dijo...

Son buenos momentos para regocijarnos en la búsqueda y la pérdida y el encuentro y la ordenación de esas palabras que quieren transmitir algo aunque nadie sabe bien qué. Las épocas de incertidumbre son buenas para vérselas con las certezas del arte y la literatura, nosotros que las ansiamos tanto.