sábado, 28 de marzo de 2020

la vertiginosa irrupción de la calma

El tic tac sobre el que avanzábamos ahora ruge con fuerza, y las fuerzas que impulsaban el progreso se han paralizado. Es el temor y el miedo, es la incertidumbre y la sospecha, es advertir lo que era evidente y necesario, que los dioses no son de este mundo y seguramente tampoco del otro y que, por tanto, vivir es estar expuesto, y que no exponerse no es protegerse, sino morir. Demos tiempo al tiempo, que vivir también, y sobretodo, es ser paciente, que esta situación viene cargada de una potencia que quizás seamos capaces de actualizar, que vivir no es correr, sino andar, de poco en poco.

2 comentarios:

José L. Solé dijo...

¡Calmémonos todos y tomémonos la calma con filosofía! no en vano estamos expuestos a un futuro que nos va a traer algo "...." (rellene los puntos suspensivos con el adjetivo que más le guste y, posiblemente, errará su predicción). Todo va demasiado rápido para mi gusto humano, demasiado humano...

jordi lobo dijo...

Totalmente de acuerdo, Sr. Solé. El freno cayó derrotado hace años por nuestra ansiosa ansiedad.
Salut