Seguir, sin más. Aunque solo sea por mantenerse fiel a lo que una vez elegiste sin que arma alguna apuntara a tu pecho. Seguir, sí, por fidelidad. No se me ocurre otra manera de responder a todos esos porqués que se superponen, como si todo tuviera que tener una razón, como si todo tuviera que responder a un objetivo. No, hay cosas, puede que las más importantes, que no lo tienen. Es cuestión de seguir porque sí, porque quieres, aunque a veces no quieras.
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