lunes, 26 de febrero de 2007

de la duda

El escritor se las ve con el absoluto, cada noche, porque escribir es escribirse, es decir, adentrarse en la "unánime noche" -Borges- de eso que eres y que pugna por salir, pero que desconoces, y que siempre desconocerás. Sí, Delfos nos lo ordena, "conócete a ti mismo", pero es otra guasa de la Pitia. No puedes llegar nunca a conocer eso que eres. Puedes, si quieres, sospechar lo que eres, qué piensas, qué sientes, pero saber si eso que piensas o eso que sientes no es una encerrona perfecta de tu cerebro, eso, amigo, si a ti también te picó la bicha pirrónica, eso es imposible. La duda, sí, la duda, esa gran dama que luce en la unánima noche, es lo que desprecia el escritor al escribirse. Sí, puede que los personajes no sean más que egos que el escritor se descubre.

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