lunes, 12 de febrero de 2007

de la razón y la novela

Hay pocas artes, tampoco las científicas, que nos digan más del ser humano que las novelas. Dicho de otra manera, es la novela el lugar donde se plasma mejor eso que llamamos "ser humano". Ahora bien, sólo si el filtro por el que captamos la realidad, -ese filtro llamado "razón" o "conciencia"- ha bajado la guardia y deja fluir sobre el papel lo que piensa el escritor, y lo que siente, lo que no piensa, lo que teme y lo que ignora. El filófoso Miquel Morey, -una satisfacción haberlo leído- habla de la "conciencia embriagada", pero también Handke, Kundera, Sábato y tantos otros. La novela requiere de la razón, por supuesto, pero sólo, o sobretodo, en la segunda fase de su creación, llamada "voluntad de perfección". Pero en la primera, en la "voluntad de creación", el escritor debe soslayar el filtro castrador de una razón especialmente activa y encorsetadora, y nunca permitir que en la "volundad de perfección", en la segunda, ésta desvirtúe eso que se plasmó de dentro.

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