Decía Ortega que "la única rebelión posible es la creación, la rebelión contra la nada, el antinihilismo". No es ésta, aunque lo parezca, la creación divina, que es, y debe ser, ex-nihilo, es decir, desde la nada.
El acto creativo del escritor se enfrenta a la nada y, por supuesto, no parte de ella, pues de la nada, nada viene, y si viene lo hace cumpliendo la voz, como se ha dicho, de algún dios, añádase, además, algún dios aburrido. Así pues, el escritor, en tanto que creador, no es un dios, sino un rebelde, y su obra no es un compendio de normas a seguir, un catecismo, sino un tiro certero contra la nada que ya viene, que ya va viniendo, tan callando...
miércoles, 14 de febrero de 2007
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